sábado, 27 de noviembre de 2010

MARCO TEORICO

CULTURA ORGANIZACIONAL

El estudio de la cultura organizacional es un fenómeno relativamente nuevo a nivel mundial; antes de 1980, eran pocos los autores que se ocupaban de este tema. Las primeras obras al respecto popularizaron términos como valores, creencias, presunciones básicas, principios; y otros que inmediatamente se vincularon como constitutivos de un concepto que comenzaba a enraizarse en el campo empresarial.

Dada la nubilidad de esta materia, en el ámbito teórico se presentan dos grandes tendencias entre las escuelas de pensamiento respecto a la cultura organizacional:

- la que concibe la cultura como elemento esencial en la vida organizacional: una variable
influyente en el comportamiento empresarial, del mismo modo que podría influir el clima, los conflictos o el liderazgo(algo que se tiene).
- la que la identifica como esencia organizativa (metáfora básica): conformadora de sentido, con la posibilidad de ofrecer una interpretación compartida de la realidad que facilita la habilidad de organizarse. La cultura desde esta óptica, promueve el sentido del orden y la lógica que simbólicamente constituye la organización(algo que se es). [Kreps, 1990]1
 
A la sombra de esta segunda perspectiva: simbólico- interpretativa, al incorporar el enfoque cultural, la organización se percibe como construcción simbólica materializada comunicativamente; un proceso mediante el cual se conforman, trasmiten y desarrollan los significados. La empresa constituiría un sistema cultural, una construcción social constituida simbólicamente y mantenida por la interacción social de sus miembros. Se entendería la cultura como esencia de la organización.

Por el contrario, desde una perspectiva sistémica, algunos autores entienden la organización como sistema compuesto de subsistemas en continua interacción, y a la cultura, como una variable interna más de la organización, producida por ella. No obstante, no tiene que existir un divorcio entre ambas corrientes teóricas, pues el fenómeno cultural constituye, además, un sistema de significados compartidos donde la gente, la estructura organizacional, los procesos de toma de decisiones y los sistemas de control interactúan y producen normas de comportamiento. En él interviene el sistema comunicativo, que sirve de mediador en el intercambio con miembros de similares patrones de conducta, los cuales comparten lógicas simbólicas a través de un sentido de pertenencia referido a la cultura organizacional.

La cultura es, actualmente, uno de los conceptos de más prestigio, pero que ha ido creciendo en ambigüedad, en la medida que se utiliza para todo. Al hablar de cultura de la empresa, el concepto de cultura se mezcla o se sustituye con alguna frecuencia, con valores, clima, etc., refiriéndose con bastante ligereza al "cambio cultural", o a expresiones como "culturas fuertes o débiles". 

Por ejemplo:

Demarcación del concepto de cultura
 
Es necesario, pues, definir y poner límites a un concepto que comienza a ser omnicomprensivo y poco específico. Nos referiremos, en primer lugar, a la definición etimológica de cultura, por su valor clarificativo, para después, abordar la definición conceptual precisa de lo que es la cultura (Cfr. Aguirre, 2000:65-98, donde se desarrolla más ampliamente el concepto de cultura).

Definición etimológica y conceptual

Etimológicamente, el término cultura procede del radical latino "cult" (cultivo, culto), siendo, sobre todo, el cultivo de la tierra (agri-cultura) y del espíritu (cultura animi), además del culto o cultivo a lo sagrado, sus principales referencias iniciales. Conceptualmente, la cultura permite una doble definición: como "cultura adjetiva" y como "cultura sustantiva".

Podemos decir que, entre los siglos I y XVIII, la cultura sólo fue definida "adjetivamente", como cultivo de algo. Por ejemplo, cuando en Roma, Catón escribe sobre De agricultura, o Cicerón habla en su obra Tusculanas, de que la filosofía es "cultura animi" o cultivo del alma, están refiriéndose a la cultura-cultivo de algo. Rousseau resumió ambas concepciones en esta frase: "se da forma a las plantas mediante el cultivo, y a los hombres mediante la educación" (Emilio,1). Las personas o los pueblos "rústicos" son incultos, salvajes, rudos, etc., por lo que es necesario "cultivarlos". Incluso, en literatura, se ha hablado de exceso de cultivo, cuando se denomina a ciertas formas refinadas o afectadas, como "hipercultistas" o "culteranas".

La educación es y ha sido la forma más importante de "cultura adjetiva", tanto en la forma académica a la que se refirió, por ejemplo, L. Vives, como a otras formas de urbanidad y civismo que surgen a partir de la Ilustración.

El concepto de "cultura sustantiva" no surge hasta el siglo XVIII, y toma cuerpo con la disputa franco-alemana sobre los conceptos de civilización y de cultura, como la "cultura nacional" de los pueblos, como algo sustantivo que define a las colectividades.

La idea "ilustrada" de civilization (que arranca con Turgot, en 1750) supone que la ciudad de París (como más tarde lo serán, Londres o Nueva York) se constituye en el momento más avanzado del desarrollo de la humanidad, donde converge la historia universal. En el fondo, como dice N. Elias, el concepto de civilización expresa la conciencia que tiene el mundo occidental de ser el centro de la historia y el punto más avanzado de su desarrollo.

La idea "romántica" de Kultur (término consagrado por Herder y Pufendorf) supone que la ruralidad (región) donde ha nacido (nación, de nascor = nacer) la comunidad que tiene una misma lengua, una misma tradición y una misma religión, posee una cultura popular (Kultur, Folk-Lore) diferencial e identificativa. Frente a la idea urbana y universal de civilización, la cultura es localista y rural, vitalista y tradicional. 

La empresa es una cultura

Por eso, cada vez que nos refiramos a la cultura organizacional, y más específicamente, a la cultura de la empresa, no hablaremos de "cultura adjetiva" (educación), sino de la "cultura sustantiva" de la empresa. En este sentido, diremos que la empresa "es" una cultura y no que "tiene" una cultura como algo adjetivo. La cultura de una empresa surge de dentro de la organización, al tratar el líder y los miembros resolver los problemas, en su camino para alcanzar el objetivo para el que se ha constituido el grupo.

El concepto de cultura de empresa

Hemos elegido el término cultura organizacional o, en su caso, cultura de la empresa, frente a otras expresiones menos apropiadas como "cultura corporativa", "cultura de valores", "cultura industrial", etc. Conceptualmente, podríamos definir la cultura organizacional, como: Un conjunto de elementos interactivos fundamentales, generados y compartidos por la organización como eficaces para alcanzar sus objetivos, que cohesionan e identifican, por lo que deben ser enseñados a los nuevos miembros.

La cultura, como otros constructos (economía, psicología, etc.) es un sistema de conocimiento que nos proporciona un modelo de realidad, a través del cual damos sentido a nuestro comportamiento. La importancia hermeneútica de este "modelo de realidad" viene dada por su capacidad de organizar y dar sentido al comportamiento organizacional. Por eso, el "constructo cultura" podemos definirlo como "un conjunto de elementos interactivos fundamentales" (para nosotros: etnohistoria, creencias, valores, comunicación y productos), que son "generados y compartidos" por la organización al tratar de "alcanzar los objetivos" que justifican la existencia de la misma. 


TAPAS PLASTICAS





TRANSFORMADORES



Se denomina transformador o trafo (abreviatura) a un dispositivo eléctrico que permite aumentar o disminuir la tensión en un circuito eléctrico de corriente alterna, manteniendo la frecuencia. La potencia que ingresa al equipo, en el caso de un transformador ideal (esto es, sin pérdidas), es igual a la que se obtiene a la salida. Las máquinas reales presentan un pequeño porcentaje de pérdidas, dependiendo de su diseño, tamaño, etc.

El transformador es un dispositivo que convierte la energía eléctrica alterna de un cierto nivel de voltaje, en energía alterna de otro nivel de voltaje, por medio de la acción de un campo magnético. Está constituido por dos o más bobinas de material conductor, aisladas entre sí eléctricamente por lo general arrolladas alrededor de un mismo núcleo de material ferromagnético. La única conexión entre las bobinas la constituye el flujo magnético común que se establece en el núcleo.

Los transformadores son dispositivos basados en el fenómeno de la inducción electromagnética y están constituidos, en su forma más simple, por dos bobinas devanadas sobre un núcleo cerrado de hierro dulce o hierro silicio. Las bobinas o devanados se denominan primario y secundario según correspondan a la entrada o salida del sistema en cuestión, respectivamente. También existen transformadores con más devanados; en este caso, puede existir un devanado "terciario", de menor tensión que el secundario.





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